No hay que mirar para saber quién era, se trataba de una voz que
reconocería en cualquier lugar - reconocer y reaccionar ante
ella, si estaba despierto o dormido ... o incluso la muerte,
seguro. La voz en la que me paso en el fuego - o, menos
dramáticamente, por la que chapotear en el barro en cada día de
lluvia fría y sin fin.
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